Todos los habitantes de la región están ansiosos y por todos lados corren rumores de la fortuna que los llevó a encontrar un huevo de una raza extinguida, de que la suerte los acompaña y que gracias a su amado Thor, van a poder tener una criatura divina bajo su posesión.
Pero Thor se enfrenta a una dificultad... aunque su padre había compartido con él El secreto del cuidado y crianza de los dragones, su mente no lograba recordarlo... por todos los medios trató de hacer llegar a su recuerdo la fórmula para incubar el tesoro que le aguardaba, mas no hallaba el camino correcto.
Entretanto, ante todos los rumores, uno de los infiltrados de los dioses entre los hombres, que aún les rendía tributo y los adoraba, hizo llegar a Odín la buena nueva que las personas festejaban a viva voz. Al saberlo, Odín experimentó una nueva sensación... ¿Podía ser cierto? ¿Tendría aún esperanzas de ver nuevamente a uno de sus preciados seres, a quienes los infames y despreciables mortales habían eliminado por culpa de su codicia?
Su corazón estaba excitado y necesitaba verlo con sus propios ojos... se disfrazó de mortal y bajó a buscar a su hijo, al Luzbel que tanto había amado en una época... al encontrarlo, casi pierde el control de sí mismo cuando logró ver en manos de Thor a su precioso tesoro... ¡Era cierto! Había llegado el momento de revivir el sueño perdido: ¡Un dragón sobrevolaría una vez más en sus dominios y reconciliaría a los dioses, con eso recuperaría también a su hijo! Se reveló ante Thor con todo su esplendor y le planteó su propuesta... mas el corazón del dios de la forja ya estaba suficientemente lleno de rencor y de sed de venganza, por lo que rechazó a su padre y le pidió que se marchara.
Abatido, Odín retornó a su tierra con el corazón destrozado y la esperanza perdida... Ahora tendría que arrebatar el huevo de manos de su contrincante, del propio fruto de su simiente, para tener de nuevo a su querido dragón. Era necesario planear una estrategia para recuperar el huevo y secar la sed amarga de venganza de su hijo.
Así pues, Odín aprovechó el poder de su omnisciencia y, conocedor de la envidia que su hijo Loki, dios del engaño, sentía hacia su medio-hermano Thor, lo llamó para encomendarle la misión de recuperar el precioso, el tesoro, ante lo cual Loki accedió con la mayor satisfacción...
Con esto, Loki inicia la fabricación de toda una serie de criaturas robóticas bestiales, provistas de un gran poder y programadas para matar sin rendirse, desobedeciendo así la orden de su padre de sólo recuperar el huevo sin lastimar a su hijo, por quien a pesar de todo, aun siente un gran amor paternal.
Una vez finalizada su obra, Loki envía a sus monstruos a la tierra, para atacar y destruir a todo lo que se interponga en su camino. Los hombres empiezan a sufrir la devastación y piden la ayuda de su gran héroe, quien debe enfrentarse, en compañía de los hombres más valientes que lo siguen, y quienes también están provistos de tecnologías (aunque no tan avanzadas como las del dios tramposo), contra todas las bestia que su medio hermano mandó al planeta Tierra y que están causando un caos inimaginable.
Así pues, una vez más se vive la guerra en la tierra, esta vez de dimensiones titánicas, por el dominio del precioso huevo. La batalla continúa y está aún por decidirse quién será el vencedor...
Dragones del mundo
¿Sabes por qué se extinguieron los dragones?
Un descubrimiento inesperado
Después de que Thor fue desterrado y destinado a vivir en la tierra como un simple mortal, despojado de su memoria, transcurrió un tiempo para que él se encontrara un día con su mazo, el cual lo llevaría a recordar poco a poco su origen... así fue como decidió quedarse en la tierra bajo sus dos identidades, de dios y de hombre, para formar un plan de venganza contra su padre... Ayudando a los hombres se convirtió en su héroe y se ganó el respeto de las criaturas mundanas. El tiempo transcurrió mientras Thor se fortalecía cada vez más y empezaba a preparar su venganza.
El tiempo transcurrió de esta manera, en una total armonía entre los hombres y su héroe, todos lejos de los dioses que mucho tiempo atrás habían sido sus guardianes...
Llega el año 2015 acompañado de grandes heladas en las regiones septentrionales. Un equipo de arqueólogos está a cargo de una excavación en cierto territorio de la península escandinava, buscando rastros de los vikingos, sus antecesores. En uno de los movimientos de tierra y nieve, los hombres descubrieron una especie de balón ovalado, en el que reconocieron un huevo... de una especie desconocida para ellos... Después de pruebas rigurosas y análisis del ovoide, determinaron con gran sorpresa que se trataba de un huevo de dragón... ¡Qué gran descubrimiento! Pero... desconocedores de la forma de cuidarlo para que culminara su gestación, se les ocurrió consultar con su héroe Thor, quien había dado grandes muestras de sabiduría, casi divina...
Cuando Thor supo de la noticia, su corazón empezó a latir rápidamente, su mente voló hasta el extremo del universo y su rostro irradió una gran felicidad... ¡Esa sería su herramienta para llevar a cabo su venganza!
El tiempo transcurrió de esta manera, en una total armonía entre los hombres y su héroe, todos lejos de los dioses que mucho tiempo atrás habían sido sus guardianes...
Llega el año 2015 acompañado de grandes heladas en las regiones septentrionales. Un equipo de arqueólogos está a cargo de una excavación en cierto territorio de la península escandinava, buscando rastros de los vikingos, sus antecesores. En uno de los movimientos de tierra y nieve, los hombres descubrieron una especie de balón ovalado, en el que reconocieron un huevo... de una especie desconocida para ellos... Después de pruebas rigurosas y análisis del ovoide, determinaron con gran sorpresa que se trataba de un huevo de dragón... ¡Qué gran descubrimiento! Pero... desconocedores de la forma de cuidarlo para que culminara su gestación, se les ocurrió consultar con su héroe Thor, quien había dado grandes muestras de sabiduría, casi divina...
Cuando Thor supo de la noticia, su corazón empezó a latir rápidamente, su mente voló hasta el extremo del universo y su rostro irradió una gran felicidad... ¡Esa sería su herramienta para llevar a cabo su venganza!
La lucha entre Thor y Odín
Dispuesto a derrocar a su padre, Thor inicia toda una encrucijada para atraer dioses a su bando y atacar a Odín. No obstante, Odín, al ver las intenciones de su hijo, logra tomar medidas inmediatas: destierra a su hijo del mundo inmortal como si fuera el mismísimo Luzbel y como castigo lo envía a vivir al mundo de los hombres, no sin antes borrar todos sus recuerdos para que no haga más confabulaciones desde la tierra. Así es como Thor se convierte en un médico común y silvestre, habitante del planeta de los simios con pulgares opuestos.
(Para ampliar los detalles sobre estos hechos, ver la historia completa de "Thor", producida por Marvel Comics).
(Para ampliar los detalles sobre estos hechos, ver la historia completa de "Thor", producida por Marvel Comics).
Conflictos entre dioses y hombres
Odín está furioso con los hombres... por desobedecer a su mandato, sus seres más queridos, sus preciosos dragones, desaparecieron de la faz de la tierra sin dejar rastro alguno... Los hombres, por su parte, lamentan sus propias pérdidas y no se molestan siquiera en darle una explicación a los dioses... Así comienza la lucha entre mortales e inmortales...
A manera de venganza, Odín convence a los demás dioses de no prestarle más favores a los hombres, a menos que ellos se arrepientan. Pero como el orgullo de los habitantes de la tierra es tan grande, prefieren perder los beneficios que recibían al estar congraciados con sus dioses. Así pues, vivieron siglos de querellas entre estas dos razas, hasta la llegada del medioevo.
Entre los siglos XV y XVI, los hombres empiezan a recibir información de que otras deidades están dispuestas a acogerlos bajo su regazo si se convierten. De esta forma, empieza la transformación de cultos, en donde los nórdicos empiezan a convertirse al cristianismo, luteranismo y protestantismo, cautivados por sus ideas de perdón y de amor (cosa que por lo visto sus dioses no conocen...).
Los dioses se enojan con Odín, por haberlos llevado a perder a sus adoradores, pero él los convence de que será lo mejor para ellos, pues a partir de ahora gozarán de una libertad que nunca antes habían tenido, pues ya no deberán estar pendientes de las criaturas mortales que todo lo destruyen...
Solamente el hijo de Odín no es capaz de aceptar los argumentos de su padre y cree que lo ocurrido no es una bendición, sino una desgracia para los inmortales; es así como Thor se llena de soberbia e inicia toda una batalla en el mundo divino, para llevar a los demás a atacar a su padre y a desterrarlo por el error cometido...
A manera de venganza, Odín convence a los demás dioses de no prestarle más favores a los hombres, a menos que ellos se arrepientan. Pero como el orgullo de los habitantes de la tierra es tan grande, prefieren perder los beneficios que recibían al estar congraciados con sus dioses. Así pues, vivieron siglos de querellas entre estas dos razas, hasta la llegada del medioevo.
Entre los siglos XV y XVI, los hombres empiezan a recibir información de que otras deidades están dispuestas a acogerlos bajo su regazo si se convierten. De esta forma, empieza la transformación de cultos, en donde los nórdicos empiezan a convertirse al cristianismo, luteranismo y protestantismo, cautivados por sus ideas de perdón y de amor (cosa que por lo visto sus dioses no conocen...).
Los dioses se enojan con Odín, por haberlos llevado a perder a sus adoradores, pero él los convence de que será lo mejor para ellos, pues a partir de ahora gozarán de una libertad que nunca antes habían tenido, pues ya no deberán estar pendientes de las criaturas mortales que todo lo destruyen...
Solamente el hijo de Odín no es capaz de aceptar los argumentos de su padre y cree que lo ocurrido no es una bendición, sino una desgracia para los inmortales; es así como Thor se llena de soberbia e inicia toda una batalla en el mundo divino, para llevar a los demás a atacar a su padre y a desterrarlo por el error cometido...
Invasión y caída
Llega el momento decisivo... los hombres, temerosos de encontrarse tal vez con enemigos poderosos, deciden iniciar su ruta de destrucción acompañados de sus criaturas más preciadas: los dragones. Al desobedecer la palabra de los dioses, han desencadenado la furia del destino y partirán ignorantes hacia un mundo de laberintos míticos...
Por su contextura, un dragón puede recorrer hasta 300Km por hora, lo cual les brinda una ventaja competitiva frente a quien se cruce en su camino...
Hombres y dragones parten hacia la conquista: los burgundios se dirigen a Galia, los suevos, vándalos y visigodos hacia Hispania y los hérulos rumbo a la península itálica. El viaje es largo y tedioso para los dragones, quienes jamás habían abandonado sus tierras frías y acogedoras...
Llegado el momento de la disputa, los dragones, tras los largos recorridos y en nuevos climas y terrenos, tienen su capacidad disminuida, aunque no lo suficiente como para no batallar y arrasar con el enemigo. Los bárbaros inician su invasión, pero en el camino van perdiendo fuerza: hombres y criaturas fallecen en los enfrentamientos, pues los romanos, a pesar de estar debilitado su imperio, siempre se han caracterizado por ser guerreros fuertes y estratégicos, bajo el resguardo de Júpiter, rey del panteón y Mercurio, dios de la guerra.
La lucha continúa y los dragones, lejos de su territorio, empiezan a debilitarse más y más. Las temperaturas altas afectan su proceso de combustión, por lo cual su capacidad de ataque se reduce ya en un 70%. Los bárbaros, con sed de poder, se resisten a dar marcha atrás y mantienen las armas elevadas. La negligencia ante los designios de los dioses empieza a costarles un precio alto a los escandinavos...
El emperador Rómulo Augústulo (o Augusto, para quienes le tienen respeto), de tan sólo 15 años, se dio cuenta de la situación que enfrentaban los hérulos con sus criaturas en decaída, e hizo un llamado a todo el imperio para atacar en primera instancia a los dragones, lo cual les restaría un gran contendor y les daría una luz de esperanza frente a los invasores. Así pues se emprendió un ataque contra los dragones, hasta que pocos de ellos lograron esconderse, débiles e incapaces de pelear. Ocho machos se resguardaron en las cuevas más frías que encontraron, junto con una hembra mayor que pudo escapar de la cacería a sangre fría...
El pueblo romano ganó esta batalla, pero para su infortunio el éxito en la guerra fue para los diferentes conquistadores bárbaros, que finalmente se asentaron en los territorios atacados y reclamados en la lucha.
Balance de los sucesos. Imperio romano decaído e invadido. Pueblos bárbaros dichosos de haber obtenido lo que tanto deseaban: nuevos territorios y poder expandido por el continente. Muchos habitantes nórdicos sobrevivieron para formar nuevos grupos familiares en sus tierras recién ganadas. Dragones maltratados y con su especie en peligro.
Los dioses están furiosos e indignados, pero se sienten totalmente impotentes ante la situacion, pues las manzanas que ellos consumen para mantener su inmortalidad, afectan gravemente a sus criaturas favoritas... oh, grandes sabios y guardianes de la tierra, ¿cómo salvar a esta especie y recuperar lo perdido por la codicia y la ambición de los animales humanos?
Los dragones restantes, débiles y en un clima que los mata lentamente, son incapaces de reunir fuerzas para regresar a su tierra de origen; la única dragona que sobrevivió, ya en edad avanzada, hará uso de sus últimos alientos para engendrar una última cría, guardando la esperanza de que sea una hembra y que logre escapar de esta prisión sin murallas...
La encrucijada
Los pueblos bárbaros, conocedores de la debilidad actual del Imperio romano, toman la decisión de emprender la ruta hacia los territorios que tanto han deseado, para expandir sus propios dominios. Anhelando iniciar el viaje, consultan a los dioses para contar con su aprobación.
Los dioses se reúnen para disertar sobre esta decisión y dar su respuesta a los hombres. Ambos grupos de dioses tienen opiniones divididas, pero convergen en una misma recomendación. De un lado, los dioses Vanir, pacíficos por naturaleza, están en contra de lanzarse en batalla y prefieren que los hombres mantengan su situación actual de asentamiento pacífico. De su parte, los Æsir promueven el combate, pero con la advertencia de que sea una guerra de hombres en donde no se vean involucradas las demás criaturas mágicas, como los dragones, unicornios o centauros (llegados al Norte de Europa al haber sido expulsados antiguamente de sus tierras por los griegos, por causa de su brutalidad). Solamente las Valquirias estarían autorizadas para acompañar a los guerreros, ya que por ser fuertes guerreras podrían contribuir ampliamente en campo.
La discusión de los dioses se extiende por varios días; Freyja, diosa del amor, está reticente a aprobar la lucha; Tyr, dios de la guerra, apoya fervientemente el combate y disputa con Freyja para dar su apoyo a los pobladores; Thor, guardián de la fuerza, considera que los hombres deben batallar, pero deberán partir solos y emplear sus propias defensas. Luego de un largo transcurso, todos optan por seguir el consejo del dios taciturno, Vidar, quien es el consejero por excelencia; con esto, se deciden por la movilización de los pueblos bárbaros, siempre y cuando partan solos, temerosos de que las criaturas que los acompañaran sufrieran un destino trágico y terrible.
Es así como Bragi, protector de la elocuencia, lleva el mensaje a los hombres, quienes escuchan atentamente y agradecen a todas las deidades por su apoyo. No obstante, ansiosos de ganar por cualquier medio, se encuentran en una encrucijada, dubitativos en la obediencia del comando divino... ¿Y si desobedecen a los dioses? ¿Será que lograrán ganar por sus propios medios? Difícil decisión...
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Invasiones bárbaras e inicio de la caída
A comienzos del siglo IV, un debilitado Imperio romano comienza a sufrir las primeras invasiones del exterior. Diversas civilizaciones se pusieron en marcha para atacar los territorios que estaban ocupados por el famosísimo Imperio romano. Es así como los hunos, alanos, vándalos silingos y asdingos, entre otros, lograron tomar posesión de terrenos antes pertenecientes a los descendientes de Júpiter.
Entre las movilizaciones de las regiones nórdicas, se encontraron las siguientes: Los suevos, procedentes del norte de Europa, llegaron a atravesar la Galia y recorrer el occidente de Hispania, estableciéndose en una amplia franja del occidente peninsular (para este entonces, nuestro estimado héroe Astérix ya no hacía parte del paisaje...). Por su parte, los godos cruzaron el este de Europa y cayeron sobre Grecia y el Mediterráneo oriental desde el norte. De estos, un grupo, los visigodos, recorrieron toda la costa mediterránea y, tras avanzar por Hispania de sur a norte, se asentaron en el occidente de Francia. Los burgundios también cruzaron las fronteras del Imperio, para establecerse en pleno centro de Europa.
Pero... ¿qué precio se pagó por estas travesías?... ¿quiénes sufrieron las consecuencias de la codicia exacerbada del hombre?...
Hábitat y costumbres
(Contexto temporal: Siglo V a.C - Siglo IV d.C.)
Estas criaturas se encontraban principalmente en los países nórdicos, ya que para poder hacer efectiva su arma más potente, el fuego, necesitaban mantenerse en un ambiente frío, lo cual favorecía el proceso de combustión.
Su dieta era mixta, a base de vegetales y de pescados. La carne blanca les permitia mantener su fortaleza y destreza, mientras que las variedades de lechugas y frutos contribuían con su pureza y su habilidad para resplandecer en la oscuridad.
Como los unicornios, los dragones no eran una especie numerosa. Su período de gestación era de aproximadamente 23 meses, cada hembra ponía un solo huevo por período fértil; debido a esto, su velocidad de reproducción era bastante baja y la población era reducida.
Para que una cría pudiera hacer uso de sus poderes, especialmente de la emisión de fuego, se requería de todo un proceso de desarrollo y crecimiento de 25 a 30 meses.
Las pequeñas criaturas se alimentaban de leche materna, la cual era muy apreciada también por sus guardianes, los hombres, gracias a sus propiedades curadoras y a su alto contenido de calcio y fósforo, que contribuía al desarrollo acelerado y al crecimiento extremo de los habitantes de estas regiones (el consumo de leche de dragón conllevó a que estos pobladores tuvieran una talla significativamente superior en comparación con los humanos de otras regiones).
Los dragones eran venerados por los pueblos bárbaros y es bien sabido que, aunque eran animales altamente peligrosos por su gran poder, como tributo por las adoraciones recibidas de los humanos, eran bastante dóciles y habitaban en armonía junto con las tribus nórdicas, a quienes en su momento ayudaron a combatir al enemigo.
Sin embargo, los seres humanos ignoraban el destino que les aguardaba en tierras lejanas...
Características de los dragones
Estas son las características físicas de los fósiles que se encontraron de los dragones, con las cuales se pudo reconstruir la anatomía de estos seres extintos:
La musculatura de esta criatura:
Y su contextura externa como se logró reconstruir:
Todo lo que se conoce actualmente de estos magníficos seres es fruto del trabajo de los historiadores y arqueólogos que realizaron la gran gestión de encontrar estos fósiles y reconstruir la historia a partir de testimonios de los diferentes cantos y escritos de las regiones donde habitaron.
Descripción de un dragón
Tomado de "El libro de los seres imaginarios", de Jorge Luis Borges.
El Dragón posee la capacidad de asumir muchas formas, pero éstas son inescrutables. En general lo imaginan con cabeza de caballo, cola de serpiente, grandes alas laterales y cuatro garras, cada una provista de cuatro uñas. Se habla asimismo de sus nueve semblanzas: sus cuernos se asemejan a los de un ciervo, su cabeza a la del camello, sus ojos a los de un demonio, su cuello al de la serpiente, su vientre al de un molusco, sus escamas a las de un pez, sus garras a las del águila, las plantas de sus pies a las del tigre, y sus orejas a las del buey. Hay ejemplares a quienes les faltan orejas y que oyen por los cuernos. Es habitual representarlo con una perla, que pende de su cuello y es emblema del sol. En esa perla está su poder. Es inofensivo si se la quitan.
La historia le atribuye la paternidad de los primeros emperadores. Sus huesos, dientes y saliva gozan de virtudes medicinales. Puede, según su voluntad, ser visible a los hombres o invisible. En la primavera sube a los cielos; en el otoño se sumerge en la profundidad de las aguas. Algunos carecen de alas y vuelan con ímpetu propio. La ciencia distingue diversos géneros.
El Dragón Celestial lleva en el lomo los palacios de las divinidades e impide que éstos caigan sobre la tierra; el Dragón Divino produce los vientos y las lluvias, para bien de la humanidad; el Dragón Terrestre determina el curso de los arroyos y de los ríos; el Dragón Subterráneo cuida los tesoros vedados a los hombres. Los budistas afirman que los Dragones no abundan menos que los peces de sus muchos mares concéntricos; en alguna parte del universo existe una cifra sagrada para expresar su número exacto. El pueblo chino cree en los Dragones más que en otras deidades, porque los ve con tanta frecuencia en las cambiantes nubes. Paralelamente, Shakespeare había observado que hay nubes con forma de Dragón (sometimes we see a cloud that's dragonish).
El Dragón rige las montañas, se vincula a la geomancia, mora cerca de los sepulcros, está asociado al culto de Confucio, es el Neptuno de los mares y aparece en tierra firme. Los reyes de los dragones del Mar habitan resplandecientes palacios bajo las aguas y se alimentan de ópalos y de perlas. Hay cinco de esos reyes: el principal está en el centro, los otros cuatro corresponden a los puntos cardinales. Tienen una legua de largo; al cambiar de postura hacen chocar a las montañas. Están revestidos de una armadura de escamas amarillas. Bajo el hocico tienen una barba; las piernas y la cola son velludas. La frente se proyecta sobre los ojos Llameantes, las orejas son pequeñas y gruesas, la boca siempre abierta, la lengua larga y los dientes afilados. El aliento hierve a los peces, las exhalaciones del cuerpo los asa. Cuando suben a la superficie de los océanos producen remolinos y tifones; cuando vuelan por los aires causan tormentas que destechan las casas de las ciudades y que inundan los campos. Son inmortales y pueden comunicarse entre sí a pesar de las distancias que los separan y sin necesidad de palabras. En el tercer mes hacen su informe anual a los cielos superiores.
Nota de la autora
Antes de iniciar este recorrido, la autora de este blog se permite hacer las siguientes aclaraciones:
1. La información contenida en este documento no es por ningún motivo verídica ni debe ser empleada como fuente de referencia. La autora ha mezclado datos reales y hechos históricos para producir una aventura totalmente mágica, como resultado de su creatividad.
2. Las fuentes de donde se ha tomado la información verídica se pueden consultar en los vínculos listados a continuación. En todo el documento no se hacen citaciones para efectos de mantener la continuidad mística de la narración. A medida que se enriquezca la historia, a este mismo listado se añadirán las nuevas fuentes consultadas.
¡Gracias y disfruten el viaje!
Fuentes:
¡¡Bienvenidos!!
Aquí encontrarán la historia (no oficial) sobre la extinción de los dragones.
Antes de empezar, un pequeño abrebocas sobre los homenajeados:
Antes de empezar, un pequeño abrebocas sobre los homenajeados:
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